Hola, 
 
En medio de la saturación de las malas noticias siempre es importante detenerse un poco y reflexionar sobre lo que tenemos a nuestro alrededor. 
 
El COVID-19 es algo que nadie se esperaba, es lo que algunos describen como un “cisne negro”, término acuñado por el autor Nassim Nicholas Taleb para referirse a eventos sumamente improbables.
 
Los medios no han ayudado mucho, han magnificado la noticia de una manera espectacular. Cierto, el virus no ha sido controlado, ha ocasionado miles de muertes y algunos países esperan una tasa de contagio tan alta que pone a temblar a cualquiera.
 
Pero, siempre existe la luz al final del túnel. Hasta ahora China no ha tenido nuevos casos, decenas de laboratorios trabajan a marchas forzadas para dar con el tratamiento adecuado que ayude a salvar vidas y a prevenir el contagio. El mundo sigue avanzando para encontrar la mejor solución.
 
Esto no significa que bajemos la guardia, al contrario, debemos estar con los ojos bien abiertos y mantener las medidas pertinentes.

Pero en medio de todo esto quisiera compartirte una historia que ha sido una excelente fórmula para sobrellevar situaciones complejas como la que vivimos actualmente. 

Se dice que un monarca oriental una vez le encargó a sus sabios que le inventaran una frase, que siempre estuviera a la vista, y que debería ser verdadera y apropiada en todo momento y situación. Le presentaron las palabras: "Y esto también pasará". ¡Cuánto expresa! ¡Qué castigo en la hora del orgullo! ¡Qué consolador en las profundidades de la aflicción!
 
Este poema tiene sus orígenes en la antigua Persia y ha sido la mejor manera de describir la condición humana. Disfrutamos de nuestras victorias como si fueran eternas, lo mismo sucede con nuestras derrotas y momentos de dolor. Ambas condiciones son temporales.
 
Si volteamos a ver al pasado, nos daremos cuenta qué el mundo ha pasado por un sinnúmero de crisis. Tan solo en el siglo XX vivimos dos guerras mundiales, varias pandemias (una de las más mortales la llamada gripe española de 1918), múltiples crisis económicas como la gran depresión de 1929 o la gran recesión de 2008, sin embargo y a pesar de todo, nos hemos arreglado de alguna manera para salir adelante.
 
La crisis económica y de salud por la que pasamos en estos momentos, definitivamente es grave, pero tiene solución. Y al igual que siempre, saldremos vencedores.
 
A pesar de todo, las circunstancias por si solas no deciden nuestra suerte, esa es nuestra responsabilidad. Tenemos la habilidad de darle forma a nuestro propio destino siempre y cuando creamos que lo podemos hacer. 
 
Es momento de creer que vamos a salir adelante. Las preocupaciones que tengamos difícilmente ayudarán a resolver el problema, al contrario, podrán ocasionarnos la pérdida de la salud que tanto queremos cuidar.
 
Por más grave que pueda percibirse la situación, recuerda nuestra historia como seres humanos.
 
Y como todas las crisis anteriores, esta también pasará.

Invierte bien, invierte sabiamente. 
 
Raúl O. González Castilla