• raul.glz
  • 29/Octubre/2019

Querido ángel,

 

Lo números no parecieran estar a nuestro favor. Parece que todos los días remamos contra corriente. Cuantos negocios no abren y cierran su puertas todos los días.

 

De acuerdo al reporte semanal A2apple de GSV Capital (www.gsvcap.com), tan solo en los Estados Unidos se abren 1100 negocios al día, pero el mismo número cierra sus puertas para siempre.

 

De acuerdo al mismo informe, 20% de los negocios tiene probabilidades de sobrevivir más allá del tercer año de operaciones. Los emprendedores tienen 70% mayor probabilidad de sufrir un ataque al corazón, tienen el doble de probabilidades de divorcio y 3 veces más probable de irse a la bancarrota.

 

Después de leer estos datos te preguntarás que clase de loco abriría un nuevo negocio y quien sería el más loco que todavía se atreve a invertir en ellas.

 

La respuesta es que siempre existirán ángeles inversionistas y fundadores revolucionarios.

 

Andrew Carnegie, Henry Ford, J.P. Morgan, Rockefeller, Bill Gates, Steve Jobs, Michael Dell, Larry Page, Sergei Brin, Mark Zuckerberg, Jack Dorsey. Son solo algunos ejemplos de emprendedores que arriesgaron, fracasaron y lo volvieron a intentar.

 

Sin duda emprendedores valientes que son  los que están hoy en día en los libros de la historia, pero recordemos que detrás de ellos estuvieron ángeles inversionistas que decidieron apoyar sus respectivos proyectos simplemente porque creyeron en ellos.

 

Invertir en una Start Up es más un arte que una ciencia y normalmente nos enfocamos en el equipo de cofundadores más que en la idea o modelo de negocio, sobre todo en etapas tan tempranas de la empresa.

 

Ni Google ni Facebook tenían muy claro su modelo de negocio, inclusive al momento de convertirse en empresas públicas. ¿Qué fue lo que paso que hizo de estas empresas dos de las más importantes a nivel mundial? Sus cofundadores e inversionistas compartieron una visión.

 

Para convertirse en ángel inversionista pareciera que uno debe estar algo loco para intentarlo, aunque diga que no hay algo de cierto en esto. Podemos estar un poco locos al apoyar un proyecto que nos apasione, que sea de gran impacto y que además, pueda cambiar comunidades enteras para bien, pero que sus probabilidades de éxito no sean tan altas.

 

Eso mismo pensaron aquellos ángeles que apoyaron proyectos como Microsoft, Apple, Facebook, AirBnB o Uber.

 

El mundo demanda día a día nuevos servicios y productos, nos enfrentamos con nuevos retos a diario y es por eso que todos los días aparecerán esos emprendedores revolucionarios buscando a sus ángeles locos e igual de revolucionarios que ellos.

 

Buen pitch,

 

Raúl

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