• raul.glz
  • 07/Junio/2021

Hola,

 

Hace poco más de 10 años la palabra criptomoneda no existía en nuestro vocabulario. Hay que reconocerlo, cada vez son más comunes los términos relacionados y es importante familiarizarnos.

 

En esta ocasión daremos un pequeño repaso para entender todas las similitudes y diferencias que existen en cuanto a activos digitales.

 

Empecemos por Bitcoin, considerada madre de todas las criptomonedas.

 

Bitcoin ve la luz en 2009 en medio de una de las peores crisis financieras mundiales. La idea de bitcoin era ser un medio de intercambio de valor sin intermediarios. Un sistema donde se podían realizar transacciones sin pasar por una institución y con un alto nivel de privacidad.

 

Bitcoin nace como un ideal de libertades económicas en un mundo donde ya no se podía confiar en las instituciones financieras y te daba la opción de darte todos los beneficios del dinero (fácil de transportar, durable, intercambiable, divisible) pero con la salvedad de que su oferta está limitada a 21 millones de unidades.

 

Bitcoin está basada en la tecnología blockchain que es básicamente un libro de contabilidad abierto que registra todas las transacciones de forma transparente, además que una vez que se registran son inalterables.

 

Al ser una red descentralizada, para que las transacciones sean seguras tienen que ser validadas resolviendo complejas operaciones matemáticas.

 

Quienes validan y aseguran la red se llaman mineros. Entre ellos están compitiendo para poder ganar bitcoin de recompensa, una vez que se valide una transacción se crea un nuevo bloque (por eso se llama cadena de bloques o blockchain). Quien crea un nuevo bloque gana 6.25 BTC.

 

Al inicio la recompensa era de 50 BTC por bloque, cada 4 años aproximadamente se da lo que se llama “halving” que es básicamente disminuir la recompensa a la mitad. Primero se redujo a 25 BTC por bloque, 4 años después a 12.5 y actualmente nos encontramos en 6.25 BTC.

 

Con el nacimiento de Bitcoin vinieron muchas otras propuestas de criptomonedas, a lo que llamamos “altcoins” o monedas alternativas. Entre las más conocidas son Ethereum (ETH), Ripple (XRP), Cardano (ADA), entre otras.

 

Cada una cumple una función específica, pero lo que las diferencia con bitcoin es que estas si tienen una autoridad central, que no necesariamente puede tomar decisiones sobre el protocolo, pero no las hace completamente descentralizadas.

 

Debido a la naturaleza volátil de las criptomonedas, en el camino nacen las llamadas “stablecoins” o monedas estables, que tienen su valor apegado a una divisa “estable” como el dólar americano. Entre las más populares se encuentran Tether (USDT) y USD Coin (USDC).

 

Estas monedas estables han crecido en popularidad especialmente por las aplicaciones DeFi, o finanzas descentralizadas. Que son básicamente aplicaciones donde se pueden realizar transacciones financieras como préstamos de persona a persona y que normalmente utilizan “stablecoins” como colateral.

 

Recientemente empezamos a ver gran interés por parte de los gobiernos de crear monedas digitales de bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés) que tienen como objetivo hacer más barato y eficiente el sistema de pagos del sistema financiero tradicional. Estas monedas estarán respaldadas por la divisa del país que la crea, aunque interesante aún se encuentran en pruebas.

 

Como podrás darte cuenta, en tan solo 10 años lo que pasó a ser una nueva palabra del vocabulario ahora se encuentra en etapa de adopción masiva, y si estos son los primeros pasos, imagina en unos años cuando empecemos a correr. Es la completa evolución del dinero.

 

Invierte bien, invierte sabiamente.

 

Raúl O. González

Fundador

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